Natalia Konkolowiczmembuat kutipan2 tahun yang lalu
“¿Te conté sobre lo que estoy leyendo? De un tal Bateman, seguro ha
Natalia Konkolowiczmembuat kutipan2 tahun yang lalu
que me veía con su sonrisa hipócrita porque no quería discutir. Me desgas
Xiimena Castañedamembuat kutipan2 tahun yang lalu
, mujeres que de pronto se daban cuenta que ya no estaban para andarse reinventando con cada hombre que conocían,
Daniela Bellomembuat kutipanbulan lalu
Munra le cagaba escuchar los detalles de las pinches transas que los chamacos del pueblo tenían con el cacho mariposón ese.
aicirtaPmembuat kutipantahun lalu
si ella misma se la pasaba echando pestes de los varones, diciendo que eran todos unos borrachos y unos huevones, unos pinches perros revolcados, unos puercos infames, y que antes muerta que dejar que cualquiera de esos culeros entrara a su casa
yo
aicirtaPmembuat kutipantahun lalu
y las mujeres se persignaban y a veces por las noches hasta soñaban que el diablo las perseguía con la verga parada para hacerles un hijo
jajajaja
aicirtaPmembuat kutipantahun lalu
y las mujeres se persignaban y a veces por las noches hasta soñaban que el diablo las perseguía con la verga parada para hacerles un hijo, y se despertaban con lágrimas en los ojos y el interior de los muslos pringados y el vientre adolorido
jajaj
aicirtaPmembuat kutipantahun lalu
que porque era tan buena, tan hacendosa, tan acomedida, tan tan que ya parecía campana, la hija de la chingada
aicirtaPmembuat kutipantahun lalu
¿qué mujer en su sano juicio querría irse a vivir al cuartucho ese al fondo del patio con ese chamaco cara de perro muerto de hambre?
aicirtaPmembuat kutipantahun lalu
. Que respeten el silencio muerto de aquella casa, el dolor de las desgraciadas que ahí vivieron. Eso es lo que dicen las mujeres del pueblo: que no hay tesoro ahí dentro, que no hay oro ni plata ni diamantes ni nada más que un dolor punzante que se niega a disolverse.
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