Martina Antognini

Kutipan

Laura Segoviamembuat kutipan5 bulan yang lalu
No podemos hablar de los muertos que nos han abandonado. No podemos pronunciar sus nombres. Daniel perteneció a aquellos que, una vez, condenaron el silencio, pero ahora el invierno se nos ha metido dentro de la boca a los dos, y nada huele como la lluvia o el verano.
Laura Segoviamembuat kutipan5 bulan yang lalu
Por fin, me contemplé. Y vi.
Donde antes había morado un solo espíritu, ahora habitaban dos, y eran tan opuestos el uno del otro como una pluma brillante frente a un hueso roto. Un hilo negro, delgado como el filamento de una flor de invierno, había brotado del centro de mi herida, haciéndose más ancho a medida que se derramaba sobre el costado enfermo de mi cuerpo, como la enramada de un árbol de ceniza. Se había expandido sobre mis doce costillas e invadido parte del omóplato, igual que la madeja desatada de un grueso hilo, igual que el ala desplegada de un cisne negro, sangre quieta y estancada, propagación de la peste de Caín. Mitad mujer, mitad pájaro. Cuerpo de leche heredado, salpicado de veneno.
Almudena Anésmembuat kutipan8 bulan yang lalu
—Mi cuerpo es mío —dije—. Mi sombra también. Y es mío todo lo que hacen.
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