MÁS HONDO EN LA CAIDA
Al desechar nosotros a Dios de esta manera, El también nos dejó a la dureza de nuestro corazón, y hundimos en impurezas nuestros deseos sexuales, estando llenos de toda corrupción en las costumbres y de toda lascivia, deshonrando entre nosotros nuestros propios cuerpos, caídos en pasiones viles, haciendo usos sexuales contra naturaleza, llenos nuestros pensamientos de fornicación y adulterio.
A nosotros que cambiamos la verdad de Dios por la mentira adorando a la criatura antes que al Creador, Dios nos abandonó a nuestra mente réproba, y estamos viviendo llenos de engaño, envidia, contienda, y malignidad. Siendo chismosos, maldicientes, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, vanagloriosos, desobedientes a los padres, insensatos, desleales, sin afecto natural, sin compasión.
EL JUSTO JUICIO DE DIOS
Con todo esto ¿Como no vamos a provocar la ira de Dios?
El está contra toda impiedad e injusticia que cometen los seres humanos siendo la muerte, la condenación eterna, la justa sentencia de Dios para los que practican tales cosas; y ninguno de nosotros podrá escapar de ese juicio de Dios quien pagará irá, enojo, tribulación y angustia a todo ser humano que hace lo malo.
¡Y cuantas de las denuncias anteriores son ciertas en nuestra vida!
Todos hemos venido a ser reos delante de Dios. Y es inútil pensar que nos servirán de algo argumentos como: "No mato", "No robo", "No hago mal a nadie".