Una protagonista que parece haber salido de adentro de un cuento. Una hermana protectora que sabe por qué dice las cosas. Un escenario lejano y una postal marina. Un secreto azul y nacarado guardado entre las rocas. Un escritor que se encuentra con su personaje y, por fin, una historia que se escribe de a dos y se va entramando de a poquito con los sueños compartidos. Aunque a veces hay que discutir algunas cosas, borrar muchos detalles, repensar una escena y volver a empezar. Pero al final siempre triunfa el amor. ¡Y el desamor! Porque es lindo enamorarse, pero mejor todavía es tener la libertad de poder cambiar de idea.