"El mundo parecía retumbar como si una estampida de elefantes se acercara haciendo temblar la tierra bajo las botitas del niño y los enormes zapatos brillantes de su abuelo, un viejo alto con una boina de cuadros y traje de lino blanco.
—Papalelo, ya viene… ¡La tierra se está moviendo! ¡Mira mis pies! ¿También lo sientes? —exclamó el niño.
—Sí, Gabito, lo siento… Pero lo voy a sentir más si esta vez no viene lo que hace tanto tiempo espero — respondió el anciano mirando hacia la lejanía, donde el
gigante de metal ya anticipaba su proximidad en medio de una fumarola espesa y gris. "