León Tolstoi

La felicidad conyugal

  • Dianela Villicaña Denamembuat kutipan3 tahun yang lalu
    —¿Y no quieres nada?—pregunté.
    —Nada imposible—respondió, adivinando lo que yo sentía—. Tú te mojas la cabeza—añadió acariciándome como si fuese una niña y pasando una vez más su mano por mis cabellos—, y envidias a las hojas y a la hierba porque las moja la lluvia. Te gustaría ser la hierba y las hojas, y también la lluvia. Yo sólo me alegro de que existan, como me alegro de todo lo que en este mundo tiene belleza, juventud y felicidad
  • Zalvemembuat kutipankemarin
    Ya nunca me quedaba a solas conmigo misma y temía entrar a fondo en mi situación
  • Zalvemembuat kutipankemarin
    Cuando nos quedábamos a solas, lo que ocurría rara vez, no experimentaba con él ni alegría ni inquietud, ni turbación o desconcierto; era como si estuviera a solas conmigo misma
  • Zalvemembuat kutipankemarin
    Para cada uno de nosotros fueron surgiendo nuevos intereses, nuevas preocupaciones propias que ya no intentábamos hacer comunes
  • Zalvemembuat kutipankemarin
    Hacía mucho tiempo que habíamos dejado de ser el uno para el otro los únicos seres en el mundo, y nos comparábamos con otros y en secreto nos juzgábamos el uno al otro.
  • Zalvemembuat kutipankemarin
    De pronto su rostro me pareció viejo y desagradable
  • Zalvemembuat kutipankemarin
    Una lucha de generosidades. ¿No es eso la felicidad conyugal
  • Zalvemembuat kutipankemarin
    Su impasibilidad, o bien desapareció, o bien ya no me causaba irritación
  • Zalvemembuat kutipankemarin dulu
    Y él, demente, tormenta pide, como si en la tormenta hubiese paz»
  • Zalvemembuat kutipankemarin dulu
    Te amo y, por lo tanto, no puedo no desear liberarte de la angustia. En eso consiste mi vida, en el amor que siento por ti: es decir, no me impidas vivir
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