Cuando el psicoanálisis empezó a introducirse en el ámbito de la teoría cinematográfica, algunos autores y cineastas hicieron afirmaciones todavía más audaces. El espacio oscuro de la sala, semejante a un útero materno, provocaba en ellos una regresión a un estado primitivo de la conciencia, conectándolos con emociones y sensaciones de la infancia o incluso de etapas anteriores, de carácter embrionario