—No. —Magnus fue hacia él a grandes zancadas—. No te he llamado porque estoy cansado de que solo me quieras ver cuando necesitas algo. Estoy cansado de verte enamorado de otra persona… de alguien, por cierto, que jamás te devolverá ese amor. No como yo te amo.
—¿Me amas?
—Nefilim estúpido