Celia Filipetto

  • Lili Joaquínmembuat kutipan2 tahun yang lalu
    desnudar las raíces del propio silencio
  • Mobsmobamembuat kutipan19 hari yang lalu
    Ahora bien, cuidado: no es que uno pueda esperar consolarse de su tristeza escribiendo. Uno no puede abrigar la ilusión de que el propio oficio lo acaricie y lo acune. En mi vida hubo domingos interminables, desolados y desiertos, en los que deseaba ardientemente escribir algo para consolarme de la soledad y el aburrimiento, para ser acariciada y acunada por frases y palabras. Pero no hubo manera de que me saliera una sola línea. En estos casos, mi oficio siempre me
  • Mobsmobamembuat kutipan19 hari yang lalu
    rechazó, no quiso saber nada de mí. Porque este oficio no es nunca un consuelo o una distracción. No es una compañía. Este oficio es un amo, un amo capaz de azotarnos hasta hacernos sangrar, un amo que grita y condena. Nosotros debemos tragar saliva y lágrimas, apretar los dientes, secar la sangre de nuestras heridas y servirlo. Servirlo cuando él nos lo pide.
  • Mobsmobamembuat kutipan19 hari yang lalu
    lo que respecta a la educación de los hijos, creo que no hay que enseñarles las pequeñas virtudes, sino las grandes. No el ahorro, sino la generosidad y la indiferencia hacia el dinero; no la prudencia, sino el coraje y el desprecio por el peligro; no la astucia, sino la franqueza y el amor por la verdad; no la diplomacia, sino el amor al prójimo y la abnegación; no el deseo del éxito, sino el deseo de ser y de saber.
  • Daniela Jiménezmembuat kutipantahun lalu
    Pero aquella fue la mejor época de mi vida, y sólo ahora que ha pasado para siempre, sólo ahora, lo sé.
  • Daniela Jiménezmembuat kutipantahun lalu
    Existe una cierta uniformidad monótona en los destinos de los hombres. Nuestras existencias se desarrollan según leyes antiguas e inmutables, según una cadencia propia, uniforme y antigua. Los sueños no se hacen nunca realidad, y en cuanto los vemos rotos, comprendemos de repente que las mayores alegrías de nuestra vida están fuera de la realidad. En cuanto vemos rotos nuestros sueños, nos consume la nostalgia por el tiempo en que bullían dentro de nosotros. Nuestra suerte transcurre en ese alternarse de esperanzas y nostalgias.
  • Daniela Jiménezmembuat kutipantahun lalu
    A veces me sorprendo murmurando los versos de esta canción y, entonces, todo el pueblo surge ante mí, junto con el sabor particular de aquellas estaciones, junto al soplo helado del viento y el tañido de las campanas.
  • Daniela Jiménezmembuat kutipantahun lalu
    a modista dividía el mundo en dos bandos: los que se peinan y los que no se peinan. De quienes no se peinan hay que guardarse, porque, naturalmente, tienen piojos.
  • Daniela Jiménezmembuat kutipantahun lalu
    Yo pertenezco a una familia donde todos llevan zapatos fuertes y en buen estado. Mi madre tuvo incluso que encargar que le hicieran un armarito especial para poner los zapatos, de tantos pares como tenía. Cuando vuelvo con mi familia, lanzan gritos de indignación y dolor al ver mis zapatos. Pero yo sé que también se puede vivir con los zapatos rotos.
  • Daniela Jiménezmembuat kutipantahun lalu
    Miraré el reloj y llevaré la cuenta de las horas, vigilante y atenta a todo, y me preocuparé de que mis hijos tengan siempre los pies secos y calientes, porque sé que así debe ser, si se puede, al menos en la infancia. Es más, tal vez, para aprender después a caminar con los zapatos rotos, sea conveniente tener los pies secos y calientes cuando se es niño.
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